1 de febrero de 2015

Mi flor genealógica


De mí a él, una serpiente
De él a mí, un murmullo de mar encrespado

De él a mí, un libro, siempre el mismo libro
De mí a él, una botella de vino y una pelota de nieve

De mí a él, una lupa bien enfocada, el recuerdo de un dinosaurio, una flor
De él a mí, una escalera de caracol que sólo baja, y una pluma

De ellos a mí, una caricia con escamas, y risas y tirabuzones hasta bien entrada la madrugada
De mí a ellos, una bellota de la que brota un murciélago, y salpicaduras de luna

De mí a ella, un erizo depilado y una mano
De ella a mí, un acertijo camaleón y un ramillete de palabras

De mí a elle, un mapa del tesoro con la x camuflada
De elle a mí, un abrazo, una tarde y una porción de bosque incendiado

De mí a él, una cima
De él a mí, el aliento del hielo, el color abarquillado del liquen, una sopa caliente

De él a mí, un cucurucho lleno de tiempo y una línea paralela
De mí a él, un conjunto de sueños, tres canciones y una doceava parte de todos mis besos

De mí a ello, la placidez, una sortija de alegría, una sorpresa en bucle
De ello a mí, un reloj, leña mojada, el permiso para dejar todas las preguntas sin responder

De mí a él, un cuento, acrobacias de mi útero y palillos chinos para cazar mariposas
De él a mí, arena, un kilo de conceptos y un funeral para la identidad